Pymes lideradas por mujeres.
En Panamá las mujeres son parte importante del proceso de reactivación de la economía nacional; ya que, según un estudio realizado por la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas (UNPYME) en alianza con la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME), el 72% de las microempresas en Panamá son lideradas por mujeres; lo que a su vez representa un 52% en las pequeñas empresas y un 46% en las medianas. Además, según el Monitor Global de Emprendimiento (GEM) en su última medición, Panamá ocupa la posición número uno a nivel mundial en participación femenina.
Esta misma medición reveló que la mujer panameña, con la mitad de la inversión en su emprendimiento, logra un 20% más de retorno en su actividad. Además, datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), detallan que el 54% de las Pymes lideradas por mujeres son más responsables con sus pagos en relación con los hombres.
Las Mujeres aportan cifras
Estas son cifras que demuestran el impacto que tiene el apoyar el desarrollo de los negocios liderados por mujeres; ya que es sabido, que cuando se apoya el desarrollo financiero y social de una mujer, se influye directamente sobre el mejoramiento de la calidad de vida de ella, su familia y la comunidad.
Según el Women’s Entrepreneurship Report, las empresas lideradas por mujeres tienen planes de negocios más consistentes y estables, gestionando mejor el riesgo. No obstante, las mujeres afrontan muchas más dificultades para llevar adelante sus empresas; ya que ellas se enfrentan, no solo los obstáculos habituales de cualquier emprendedor o empresario como: el acceso a capital, falta de tecnología, obstáculos legales, acceso al conocimiento, entre otros; sino también, deben hacerles frente a las cargas inherentes al entorno familiar como ocuparse del cuidado de los hijos, los adultos mayores y el hogar.
De acuerdo con información del estudio GEM de 2020-2021, las empresas lideradas por mujeres fueron las más afectadas durante la pandemia, muchas de ellas incluso cerraron, debido a la presión que las restricciones de movilidad, el cierre de las escuelas y la ausencia de apoyo en el cuidado de los hijos imponía sobre la mujer, dificultando la atención debida a su negocio.
Es en estos momentos donde el acompañamiento de las instituciones financieras, como aliadas de nuestros clientes se hace relevante. Las mujeres tienden a buscar más información, capacitación y asesoramiento, por lo que la oferta de nuestras instituciones debe volcarse a resolver estas necesidades como un valor agregado al portafolio de productos de crédito.
Como entidades de microfinanzas nuestro propósito debe estar orientado a crear soluciones para cubrir las necesidades de empresarias como Betzy, quien junto a su socio inició su fábrica de productos de maíz hace 13 años en el área de Aguadulce. A pesar de que los primeros años fueron duros, su perseverancia la llevó a continuar y con ayuda de su institución bancaria, hoy ella y su socio, distribuyen sus productos a grandes cadenas de supermercados a nivel nacional, dando a su vez empleo a varias personas de su comunidad.
En conclusión, las instituciones de microfinanzas con nuestro enfoque en la base de la pirámide, somos una alternativa de alto valor para apoyar el crecimiento de estas empresarias, sabiendo que con esto impactamos fuertemente en la recuperación del país.