En los últimos años existe una tendencia creciente en instituciones financieras de adoptar políticas y procesos con
componente social y ambiental, orientadas a velar por el bienestar y desarrollo de sus empleados y sus clientes, así como el de la comunidad y el medio ambiente.
Además de contribuir al desarrollo sostenible de su país, a la IMF genera una ganancia reputacional y confianza de parte de sus stakeholders (clientes, empleados, fondos de inversión, proveedores, entre otros).
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